No somos habitantes de la tierra; habitamos la atmósfera.

— Emanuele Coccia

Por encima de todas las cumbres
está la paz.
— Johann Wolfgang von Goethe

Antes de la idea, la palabra y el movimiento, existe el soplo. Es con este gesto que llenamos nuestros pulmones con el primer combustible que nos impulsa a la acción. Con esta energía arrebatada a la atmósfera, activamos el flujo de nuestra sangre, el movimiento de nuestros músculos y el eco de nuestras voces. Sin embargo, este acto nos demanda algo a cambio; así, con cada soplo, ofrecemos al mundo una parte de nuestro interior. Nos alimentamos del mundo, y el mundo se alimenta de nosotros. Es en esta agricultura del viento que saboreamos este universo.

Antes de la llegada de los animales superiores e inferiores, las plantas se encargaron de esculpir el rostro del mundo, transformando la energía fotoeléctrica en energía bioquímica, para ponerla a disposición de todos los vivientes. En este devenir del espíritu en materia, las plantas han producido la carne de la tierra; los aromas, sabores, formas y colores que invaden nuestros sentidos son obra y autoría de las plantas. Las plantas son las primeras paisajistas del mundo; y nosotros somos sus creaciones, es decir, somos objetos de la jardinería de las plantas.

Nos encontramos inmersos en una atmósfera vegetal, cuyos dominios se extienden desde las profundidades de la tierra hasta las cumbres del mundo. Todo proviene de las plantas; todo es terrenal y atmosférico. Lo divino es ahora mundano, y es en este mundo que la vida piensa en todas partes y habla en todas partes.

Los artistas que forman parte de la exposición son los polinizadores, mensajeros, objetos y profetas de esta atmósfera vegetal. Es a través de sus obras que podemos dirigir nuestra mirada al universo de las plantas, reconociendo que sin ellas, la vida en la tierra sería imposible. Nuestro mundo es, en esencia, un fenómeno vegetal antes que un fenómeno animal, y es por ello que en esta exhibición dedicamos un espacio para sumergirnos en el cuerpo de aquellos que, con su aliento, han dado origen a este mundo.

— Cristian Toj, Diciembre 2023